Cuando tus labios al fin decidieron besarme! (continuación de Cuando tus labios decidan besarme)

Me levanto nerviosa, ayer ví que teníamos el mismo horario, que hoy podré verte. Me recreo escogiendo lo que me voy a poner, no quiero que nadie distraiga tus miradas de mí. Agarro el metro y llego temprano, decido esperar en la calle para verte llegar y ahí estoy yo pasando frío para ver si puedo aprovechar cada minuto para disfrutar mirandote, pero tú no llegas, hoy por lo visto has decidido llegar tarde.


Cuando decido entrar pues ya está bien de hacer el tonto y pasar frío, veo a lo lejos que vienes. Me hago la tonta camino despacio hasta esperar que llegues junto a mí. Nos miramos, nos decímos buenos días y subímos juntos en el ascensor.

Me gustaría parar el ascensor, tomar tu cara entre mis manos y besar tus labios una y otra vez, pero me contengo y solo trato de que ocultar los sonidos de mi corazón. Entramos, tú vas a tu sitio y yo al mío, al rato me digo: basta de tonterías! Así que anoto mi móbil en un papel y mi dirección de correo,entro donde estás tú, te pregunto una tontería y cuando voy a salir tiendo mi mano,te entrego el papel a la vez que te digo: a ver si ahora quedamos.

Pasan los días y sigo sin recibir tu llamada, tu mail, me digo que todo era imaginación mía, que al final sólo era yo la interesada. Te sigo viendo cada día, sigo chequeando tu horario para saber si coincidiremos. Cada mañana cuando llegas me voy a tomar agua al fuente, pues ahí estás tú tomando tu café sin azúcar (no te hace falta el azúcar, ya eres suficientemente dulce), hablamos, nos miramos, sentimos la atracción sexual, la química...

Ese día suena mi móbil,no conozco el número, me digo: es él! seguro que es él! Atiendo y no escucho nada. Hago lo que nunca hago, envío un mensaje a ese número diciendo: después que matas al tigre, le tienes miedo al cuero. Y contestas que si, que me has llamado para que tenga tu número.

Al fin quedamos para tomar algo juntos por primera vez, seria justicia! pensé que nunca te decidirías. Nos encontramos en el café, has escogido un lugar apartado, donde nadie pueda vernos,donde nadie pueda molestarnos. No puedo dejar de mirarte, de escucharte. Trato de comprender el porque tardas tanto en acercar tus labios a los míos y besarme. Acaso no vés que lo deseo con locura? Acaso no vés que no puedo apartar mis ojos de tí? Acaso no notas que estoy nerviosa y excitada?

Sentir por primera vez tus labios en los míos fue como beber agua en el desierto, era una sensación de quiero más, de no querer que pararas, de sentir como mi corazcón latía con fuerza y mi cuerpo comenzaba a desear algo más que un beso. A desear estar a solas contigo sin tanta ropa encima, sin tanta gente alrededor, sin tener que parar lo que no queria parar.

Queríamos más! Lo necesitabámos con urgencia!

Pero otra vez tendríamos que esperar!

continuará...