
Y ahí estaba ella queriendo ser su gatita,con sus movimientos gatunos tratando de llamar su atención.
Pasaba la lengua por su cuerpo como hacen los gatos, miraba con languidez y hacía ruiditos... Él la acariciaba y le hacía sentir que era única, que le gustaban sus movimientos, su mirada,sus gestos,sus ruidos. Sentía que no quería que se alejara de él,no quería quedarse otra vez sólo,sin su risa, sin sus locuras, si sus comentarios y sin las caritas que ponía que a veces parecía una niña boba.
Todavía habían cosas que a ella le hacían sentir vergüenza, que la ponían colorada cuando él decía algo. Lo mejor? Que él lo sabía y por eso lo hacía,, le gustaba ver como cambiaba su expresión cuando soltaba una de esas tonterías que a veces se le ocurría.
A él le gusta ver como ella ríe y a ella le gusta verlo feliz,así que... por qué no ser su gatita de vez en cuando?
nota mental 1: acabo de volver a leer lo escrito y me pregunto: bajo los efectos de que (como dice Cerilla) estaba yo,cuando escribí esto?
nota mental 2: no lo quito porque ya Tom comentó y me gusta su comentario, jaja