
Las ves ahí sentadas en el vagón y de repente comienzan a sacar del bolso, la máscara de pestañas, el lápiz de ojos, el pintalabios, el cepillo del pelo, etc, etc. Y comienza el ritual de cambiar su cara de recién levantada en otra, para llegar a su lugar de trabajo o estudio con mejor careto.
Pero digo yo, no sería mejor que todo lo hiciera en su casa antes de montarse en el metro? Por qué tengo que ver yo su transformación?
Es como aquellas que deciden pintarse las uñas en el vagón y si te tocan a tu lado, vas pensando como el tren frene de repente y la pintura de uñas me caiga en la ropa, se va a armar la de San Quintín!
O aquellos que sacan su corta uñas y comienzan a usarlo dentro de vagón para cortarse sus gavilanes uñas.
Y que decir de esas personas que se olvidan de pasar por ducha antes de vestirse o que pasan pero se ponen la misma ropa sudada y olorosa a "pacuso", o de los que se olvidan pasarse un peine por la cabeza y llevan la forma de la almohada en el pelo.
Lo último, una señora con buena pinta y muy arreglada delante de mi ...y cuando veo su cabello observo que lo lleva lleno de piojos y liendres, casi echo a correr del susto y asco!
En fin! es subir al metro y ver una película todos los días