
No podía dormir, así que decidió levantarse, servirse un café y pensar... Y pensando llegó a la conclusión que tenía que reconocer que cada día estaba más loca, que hacía cosas que no debía y que se había estado comportando como una quinceañera y con ello había estado haciendo y diciendo tonterías.
Sabía que si alguien que ella conoce hubiera estado aquí , le hubiera dicho: "hay que ser sensatos" y tendría toda la razón.
Y es que ella había sabía que no estaba usando el sentido común y sobre todo se estaba dejando llevar sin pensar en las consecuencias de sus actos. Así que mientras tomaba ese café se dijo que ya era hora de centrarse, pensar bien las cosas, ser cuidadosa, no dejarse llevar y tomar las riendas del asunto.
Mientras tomaba ese café pensó que ya era hora de dejar de ser una cabecita loca y volver a ser una adulta...
Lo malo es que al pensar todo eso y llegar a esa conclusión, las lágrimas llegaban a sus ojos y se dijo: es mejor llorar ahora que hacerlo mañana...