El otro día le comentaba con un amigo, que hay días que no deberían dejarme tocar el pc, días en que tengo el bobolongo alborotado (léase el tonto), porque cuando eso sucede dejo que salga de mí todo aquello que debería guardar solo para mí, pues abro mi corazón y mi alma y las personas pueden verme sin la coraza que muchas veces me pongo para que las cosas no me hagan daño y me afecten, aunque he de reconocer que esa coraza pocas veces hace efecto.
Días como ese hacen que me afecten los silencios, las desapariciones, el tiempo, la lluvia, el no saber de alguien, el no poder hacer lo que me gustaría, el que las cosas no me salgan como quiero, el que no sepa que cocinar. Cosas que a lo mejor en otro momento no me afectaría.
Días como hoy me hacen sentir ... tu ausencia!