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miércoles, 17 de junio de 2009

Colirio para los ojos


Tenía tiempo que en el metro no me conseguía un papachongo de esos que quitan la respiración, de esos que no puedes dejar de mirar y dudas entre apartar la mirada o dejarla cuando se da cuenta que lo estás mirado,de esos que esperas que no baje en la próxima estación para poder seguir deleitandote con la mirada. En conclusión, un colirio!

Si tengo que decir la verdad, cuando comenzé a venir a este país, veía a los hombres muy guapos, bien arreglados, duchaditos, bien olorosos (no como ahora, que más de uno se le olvida pasar por la ducha,antes de ir a la calle). Pero si quieren que les diga la verdad, ha bajado la calidad y si a veces te consigues alguno que está de buen ver, buena conversación, educado,limpio y todo lo demás, pueden resultar varias cosas:
Una que no le gusten las mujeres. Otra que ya esté ocupado (aunque este punto es negociable, el primero no! jaja). Tres,que a tí te guste él, pero que tú no le gustes a él! (vaya frustación!)

Por eso cuando yo veo alguno que está bien, aprovecho para como digo yo, echarme un colirio en los ojos y es que esas oportunidades son bien pocas, según voy viendo yo. Los que se cuidan son normalmente muy jovenes y los que ya son maduritos, pasan de todo, pero de todo lo que tiene que ver con su aspecto personal.

Por eso yo cuando ví a ese papachongo, me dije, uyyyyyyyyyyy si el metro entrara en un túnel y se detuviera, que no haría yo!